miércoles, 16 de junio de 2010

Sentidos


La vista del gato está excepcionalmente adaptada a la caza, especialmente de noche. Tiene una excelente visión nocturna, visión periférica muy amplia y una visión binocular que le permite calcular distancias con exactitud. La visión diurna del gato no es tan buena como la de los humanos; los gatos ven el movimiento con mucha más facilidad que el detalle y se cree que sólo pueden ver una gama limitada de colores.
El oído de un gato es extremadamente sensible. Puede oír una amplia escala de sonidos, incluso los ultrasónicos. Su sentido auditivo es menos sensible a las frecuencias bajas, lo que podría explicar por qué algunos gatos domésticos son más receptivos a las voces femeninas que a las masculinas. El gato hace girar las orejas independientemente para concentrarse en diferentes sonidos.
El olfato del gato está muy desarrollado, juega un papel vital en la búsqueda de alimento y en la reproducción. Muchas de las señales sociales de los gatos domésticos toman forma de olor: por ejemplo, los machos, aparentemente, pueden oler una hembra en celo a centenares de metros.
El gato tiene el sentido del gusto especializado de una manera peculiar: tiene poca capacidad para detectar lo dulce, pero es muy sensible a ligeras variaciones en el sabor del agua. La lengua del gato está cubierta de protuberancias ásperas, o papillas, que utiliza para raspar la carne de los huesos. También utiliza la lengua para limpiarse.
Los bigotes, o vibrissae, son muy sensibles al roce más leve y los utiliza para advertir obstáculos y notar cambios en el entorno; con poca luz le sirven para encontrar el camino.

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